domingo, 25 de mayo de 2014

008-EL RECTOR CEBOLLA, QUASI TRENTA ANYS A ALBALAT




                                                                                                                                               
                                                                                                                        25 - Mayo - 2014

EL RECTOR  CEBOLLA,  QUASI TRENTA ANYS  

ANTECEDENTES :   LA  MODIFICACIÓN   DE  LA  PROPIEDAD  EN  ALBALAT

Con las desamortizaciones del siglo XIX, se malvenden las propiedades de la Iglesia y de las Ordenes Religiosas, con lo que los pequeños burgueses pueden acceder a las propiedades por muy poco dinero.
También con la abolición de los señoríos cambiará la propiedad de la tierra.

En los pueblos de señorío como ALBALAT, el enfiteuta ha conseguido enriquecerse con los cultivos de la morera y del arroz, por lo que pretenden acceder a la completa propiedad de las tierras que tienen en “dominio útil”.
Este enriquecimiento de la clase media será uno de los factores que propiciará las revueltas  antiseñoriales.
Recordemos que el señor de la población, como no podía controlar y explotar directamente sus posesiones, llegaba a acuerdos con determinadas personas de las que a cambio del dominio útil,  percibe una cantidad anual fija. Estas personas son los enfiteutas, que a su vez arrendaban parte de la propiedad a terceros  percibiendo unas rentas, con lo que obtenían el dominio útil de la tierra de forma gratuita. Al mismo tiempo por un salario mísero la mayoría de la población trabajaba para ellos con entrega absoluta, casi servilista. 

En ALBALAT los enfiteutas fueron las familias Ortizà, Exea y Figueres, que procedían de la baja nobleza.
Al suprimirse los señoríos, el señor del lugar que continúa siendo propietario de inmuebles tanto rústicos como urbanos,  como ve peligrar sus ingresos, rompe el sistema de la enfiteusis y vende sus bienes en lotes, apareciendo nuevos propietarios procedentes de la burguesía  que le comprarán  tierras a  bajo precio. En  ALBALAT podría detallar los nombres de las familias que accedieron a ésta situación, pero éste dato que guardo celosamente en mi archivo personal, no lo doy a conocer porque se crearía polémica y malestar como es lógico suponer, cosa que no  pretendo.
Estas familias se entrelazarán con lazos de sangre y trazarán entre ellas un entramado socio-económico, llegando a forman un núcleo totalmente separado del resto de la población al que consideraban en un nivel inferior, formando una clase distinta a la de las clases populares. Con el paso de los años y la difusión de las ideas de Enguels y Marx, estas últimas tomaron conciencia de sus derechos.                                                                        Las necesidades vitales de una parte, el egoísmo de otra, la incultura, los recelos y las envidias  desembocaron en desmanes, destrozos y muertes.

En Polinyà  hay cuatro familias, cuyos apellidos también omito deliberadamente, que consiguen enriquecerse y situarse social y económicamente a gran distancia del resto de la población y que al igual que en Albalat  se entrelazan exclusivamente entre sí, de tal manera que si algún miembro osaba saltarse la norma, se le consideraba excluido y desheredado. D. José Cebolla Nadal es fruto de la unión de dos de estas familias, por lo que el conservadurismo es lo que vive en su niñez y juventud.

Nace en POLINYÀ DE XÚQUER en 1863 y cursa la Carrera Eclesiástica y mas tarde accede al Doctorado.

En estos años es cuando León XIII escribe la Encíclica “Rerum Novarum”, que supone una toma de postura respecto a la cuestión social.  Está encíclica marcará profundamente el carácter y la personalidad de D. José, de tal manera que sin esta impronta no se comprende su trayectoria y teniendo la formación y preparación que  tenía es destinado a la Parroquia de Albalat.


EL  CONTEXTO

Cuando D. José Cebolla Nadal, llega a Albalat, la población ofrece una estampa totalmente diferente al actual.
La mayoría de las viviendas son de cal y canto  ( “cudols i morter”),  de baja altura,  y el suelo no está embaldosado. Es de tierra compactada. Suele haber una puerta de acceso grande por dónde pueda entrar un carro y al fondo de la casa después de pasar un corral con paja, dónde se cría alguna gallina, está el pesebre. En la parte superior al mismo se dispone de una “pallissa”, que es una especie de desván, el  que se acumula “l’herba seca i demés menjar per als animals”. El suelo de “la pallissa” es de cañas duras y algún tronco, que reforzaba el entramado.
Alguna casa, ofrecía un buen aspecto, con planta baja y dos alturas, la última dedicada a desván.

El tamaño de la población era muy reducido si lo comparamos con la superficie que actualmente ocupa.

La Plaza de la Cort, era muy pequeña. No estaba la calle del Cristo, ni el sector de población que va a continuación. Donde actualmente está dicha calle y pegada a la casa Abadía, había una casa, la de D. Valeriano Pascual, médico de profesión, cuyo hijo Valeriano, dos años mayor que mi padre e íntimo amigo suyo, fue un excelente dermatólogo, reconocido a nivel nacional. Después de dicha casa, venía la calle de la Mare de Déu dels Àngels, (anteriormente conocida como Malmasana) que comenzaba en la misma dirección que adopta la calle del Cristo, para después doblar en ángulo recto y seguir en la misma disposición que ahora tiene. Seguía el edificio que luego ocupó el Sindicato de San José, actualmente Cooperativa, que salía hacia el centro de la plaza, casi hasta lo que actualmente es el eje central de la calle del Cristo y a continuación, pegada a la misma estaba “casa Panxales”, taberna de vino y almuerzos. 
Como es lógico deducir, la fachada del  Ayuntamiento  no daba completamente  a la plaza sino que una parte del mismo tenía enfrente al lateral de dicha ”casa Panxales”, en la actual calle de Peris Mencheta,  cuyo primer tramo, era de mucha menor anchura que el actual.  En el centro de la Plaza (más bien plazoleta),  había una fuente, cubierta,  con unos escalones hacia un nivel inferior, dónde “ les xiques  del poble”  en edad de merecer iban con sus cántaros a por agua, para verse con los posibles candidatos a la vicaría.  No olvidemos que el matrimonio en la mayoría de los casos era la única salida digna de la mujer, para poder subsistir.
El campanario, era una torre sin remate y por tanto de menor altura.

Solamente hacía dos años  (1901)  que se había conseguido gracias al Sr. Diputado Peris Mencheta , que se trajese la luz eléctrica, y el mismo año (1901), se construyó el matadero,  actualmente biblioteca “Ausias March”.

 Por la parte Oeste, la población terminaba en las actuales calles de Valencia y Corralot, que entrando desde Algemesí con dirección a Sueca, solo estaban edificadas en su lado derecho, y solo habían tres casas en el lado izquierdo: la que fue de Alfonso Puchades,  situada frente al Colegio, esquina entre las calles València y Segreny,  la que con fecha de Septiembre de 2007,  lleva el nº 44, y la que hace  esquina  con las  calles Corralot y  Dèlme,   que muchos años después fue comprada, derribada y reedificada por Francisco Sifre . En cuanto a la  casa que hace esquina con la calle Segreny, frente al colegio y actualmente bloque de viviendas, citaré  como anécdota  que por respetar los intereses del propietario de dicha casa, se modificó el trazado previsto de la calle, de manera que entre las casas nº 48 y 50 de la calle Corralot,  aparece un ligero cambio de dirección.
Antes de construir el colegio y los edificios que están en su misma acera,  había plantado un campo de granados, según  reza en las escrituras de compraventa de los solares resultantes de la parcelación de dicho campo.
No estaba la Gran Vía,  que se inició en los años 30,  que cuando se abrió, y en el primer tramo del bulevar que da al  carrer Délme  (calle del Diezmo), disponía en su centro un Mercado Municipal, que en 1948, se eliminó de dicha ubicación para pasarlo a la esquina.                                                        Detrás de la Iglesia transcurría la calle “Trassagrari”, que saliendo de la calle Sueca, siguiendo por la parte trasera de las casas del Carrer de la Mare de Déu dels Angels, para ir a parar al “Hort de Botes”. En la parte izquierda había un  “sequiol  de desaigüe con albarsers i xarquím”. Seguía el callejón por delante de la pared del “Hort de Botes”, que sirvió como defensa de riadas hasta que se decidió construir “la Mota”

Por la parte Sur era la calle del Cabañal,  la pared posterior de  cuyas casas, también servía de defensa y había un acceso hacia el Río,  en cuya esquina hubo un horno de pan “el forn de Batistilla”.  Dicha calle del Río,  muchos años antes,  fue la arteria principal de la población, pues conducía al Río que por ser vadeable en éste lugar, conducía sin dificultad a “La Granja” y de allí por el actual camino de Benicull, se bifurcaba en dos ramales uno hacia Corbera y otro hacia Alzira.

En dónde actualmente se halla el pasaje  “Arquitecto Alegre”, todo el solar de éste edificio lo ocupaba la casa de D. José Guillermo Hernandis (uno de los alcaldes de la época),  un enorme caserón con entrada por la actual calle “del Castell” y con puerta trasera al “carrer de l’Espartería”.

 No había comunicación entre “el carrer de L’Espartería” y el “carrer del Corralot.  Un caserón ocupaba el primer tramo de la actual calle de Algemesí, con lo que la calle de l’Espartería adoptaba una disposición  original:  Un apéndice ciego,  para dar salida a la casa de la familia Puchades, y un ramal que doblando en ángulo recto conducía al  “Pati”.

“El carrer Hortet”,  no tenía salida.  Terminaba en  una puerta que daba acceso a un “sequer” propiedad de José María Martí, que también tenía acceso por la calle de Sueca, calle conocida popularmente como el “carrer de les puntes”,  por la anarquía  urbanística. Comenzaba  como actualmente en “el carrer del Delme”, siendo en éste primer tramo de una anchura muy por encima de la habitual en la época, quizás porque junto  y por detrás de  la Iglesia estuvo localizado el cementerio, como lo atestigua el hallazgo de numerosos restos humanos al abrir cimientos para los edificios o al construir el alcantarillado en los años sesenta. Esto no impedía el que allí mismo comenzase el “Camí de Sueca”, pero mas estrecho que la calle actual, como se deduce de los medios de transporte utilizados en la época.     Llegaba un momento en que la calle tropezaba con un chaflán mucho más saliente que el actual, bifurcándose en dos salidas angostas, una “el carrer Bonaire” y la otra el propio carrer de Sueca.

En cuanto al término municipal , el cultivo se destinaba en su mayor parte al arroz y trigo.  También eran importantes los cultivos de especies dedicadas a los animales de carga (remolacha y alfalfa), y tierra llamada “blanca” que se destinaba a semilleros de arroz ( planters”), y que una vez trasplantado, servían para una segunda cosecha de hortalizas, verduras y maíz para las gallinas.
Excepto los cultivos del arroz y en mucha menor medida el de la  naranja,  diremos que la economía de Albalat a la llegada del Rector Cebolla, era cien por cien agrícola y de subsistencia.


PERSONALIDAD

Se hizo cargo del curato de Albalat cuando tenía 40 años, entre los años 1903 y 1929,  es decir  durante el primer cuarto del siglo XX,  años tan decisivos y conflictivos.

En un trabajo publicado con motivo de las bodas de oro del Colegio del Sagrado Corazón,  mi muy apreciado amigo y cronista oficial D. Eduardo Sarrió ,  reseñaba su biografía y decía textualmente:
“Arrelà tan fonamentalment en els costums i necessitats del nostre poble,  que poc a poc sabia més que ningú  i  sentia com cap altre   balatà ,  els problemes  d’ací.   Els  grans  desnivells  socials,  la  baixa  cultura de la gent,  la formació del jove :  eixos  foren  el  cuquet  que  feren  moure  la  seua  gran  obra  d’apostolat. »

Pensaba  D. José: “Si lees dirigirás. Si no sabes leer serás dirigido”. Y éste pensamiento junto a la puesta en práctica de la Encíclica “Rerum Novarum”, explican tota la trayectoria de su vida.

La incultura trata de corregirla  con  dos armas  la  fundación  de un  Colegio  de  enseñanza  por  Religiosas Terciarias Capuchinas  y  la  publicación  de  “La  Hoja parroquial”,  verdadero  periódico local,  en una época  en  que aproximadamente el  ochenta por ciento  de la población  era analfabeta  y  con  escasa formación religiosa. Con ella logra penetrar en todos los hogares,  anticipándose en muchos años a las técnicas y métodos de comunicación actuales.  Vio y consiguió  que se le leyese y escuchase.
El  desnivel  social  es grande en la población.  Hay un escaso porcentaje de familias  acomodadas  (els  rics),   un  pequeño grupo  que puede subsistir con sus propios medios   y  la  gran  mayoría de la población  que se englobaría dentro de lo que en la época se calificó como proletariado.

Los años  que  D. José estuvo al frente de la Rectoría ,  tienen que ver y mucho con las ideas de León XIII, que coincide con los movimientos sociales de la época, y por ello funda el Sindicato de San José, tratando de atraer a los que estaban o se creían apartados de la Iglesia.
D. José, como todos párrocos de su época tiene en cuenta las prácticas litúrgicas, pero no se limita a ellas, sino que las hace complementarias de lo que entiende debe ser el verdadero cristiano.
Al igual que León XIII, D José Cebolla busca   un acercamiento de la Iglesia a las realidades del mundo moderno. En la “Rerum Novarum” se deploraba la opresión y virtual esclavitud de numerosísimos pobres por parte de “un puñado de gente rica” y preconizaba salarios justos y el derecho a organizar sindicatos, preferiblemente católicos.



En  D. José Cebolla,  confluyen una serie de circunstancias, que junto a su formación (no olvidemos que poseía el grado universitario de Doctor),  y el pensamiento de León XIII,  le hacen fundar “el Sindicat” y  reúne  junto al Pastor local de la Iglesia a los  más débiles y desfavorecidos, consiguiendo que como verdadero sindicato, suavice los  abusos por parte de los más poderosos (que los hubo),  intentando conciliar los intereses de ambos,  siempre con el ejemplo de Cristo.

Su  “ama”  se llamaba  Pepeta.  Era  cariñosa,  pero más recta que el propio cura.  Siempre andaba vigilando lo que hacía y es que D. José lo que recogía lo llevaba a las casas más humildes.  En cierta ocasión,  Pepeta buscaba los pantalones nuevos de D. José y como no aparecían le preguntó al cura qué sabía al respecto:       ¡Pepeta,  a mí no me hacen falta.   Yo llevo sotanas.!
Y es que según decía D. José : “Hi ha un home que els necessita més que jo”

El conflicto social e ideológico que vive Albalat  en esa época lo  tiene el Rector Cebolla entre sus propios cuatro primos segundos.

Hago un inciso para situar a las personas que me transmitieron la información que estoy volcando y puntualizar su tendencia política-religiosa.

1.-  Francisco Perales Rubio (1860 – 1949), uno de mis bisabuelos paternos, albañil de la Parroquia, tuvo  otro  hermano y dos hermanas. Eran hijos de Francisco Perales Gil, albañil de Carcaixent y de Jacinta Rubio Santamaría, de la familia de los Rubio de Polinyà.  Por ésta boda considerada desigual, Jacinta fue desheredada por su familia.
                                                                                             
 2.-  Jose Miguel Perales Rubio,  padre de Jose Miguel Perales Balaguer,  alcalde de Albalat en tiempos de la Guerra Civil y  abuelo de José Miguel Perales Mengual  (primer alcalde de la actual democracia)
Esta familia  representa la reivindicación social ante los terratenientes.

2.- Encarnación que marchó con su hija maestra a Catí  (El Maestrat)

3.- Inocencia, casada con  José Honorio Gonzalvo Hernandis,  padres de Inocencia, María, Arturo, José Honorio y Ursula  Gonzalvo Perales,  todos ellos muy vinculados a la Iglesia.  En casa de  ésta última familia se educó  mi padre en su niñez, ya que quedó huérfano de madre a los cuatro años. Fue monaguillo del Cura Cebolla.
En ésta familia se rezaba el Rosario todas las noches.


REALIZACIONES.-

A.- En  el  ORDEN MATERIAL:  la reforma del campanario. 
El maestro de obras,  es decir el albañil encargado de la misma fue uno de mis bisabuelos, Francisco Perales Rubio,  nacido  en Polinyá  como D. José, primo segundo suyo, diecinueve años mayor  que D. José y confidente suyo.

Hay en la época una corriente para reformar algunos de los campanarios de la comarca.  Muchos de ellos Poliñá, Carcaixent, Alberic, Villanueva de Castellón, Antella, Albalat,  etc.  eran torres.  Terminaban en una balustrada o balcón. La  obra  parecía sencilla,  pero  en  el  caso  de  Albalat  no lo era,  por cuanto que al ser la obra más antigua de la parroquia,  seguramente del siglo XV o XVI, el material empleado era de mezcla “cudol-morter” (cal y canto compactado, mediante encajonado)  y  ello condicionaba el incrementar el peso sobre los cimientos al elevar la altura. Hay que añadir, que  para complicar más la situación,  se había producido un desvío hacia el interior de la Iglesia,  seguramente porque además,   los cimientos por ésa parte no tenían la suficiente resistencia,  y muestra de ello es que  el arco de la capilla de los Santos de la Piedra,  en la pilastra izquierda se observa en el interior de la Iglesia un ligero hundimiento. Además, el campanario se había  agrietado verticalmente  y el pronóstico que a medio plazo se tenía era el de desplome del mismo hacia el interior del edificio. El Rector Cebolla decidió entonces demolerlo en  parte, concretamente y cito palabras textuales de mi abuelo paterno,  “desde   els eixos de les campanes cap a munt”.  Lo que no puedo asegurar es que las campanas estuviesen situadas a la misma altura que las actuales, quizás estuviesen a menor altura como sucedía y puede verse  en los campanarios de Carcaixent y Castelló de la Ribera, que por ser de piedra  sillar, deja ver lo anteriormente mencionado.

En la actualidad la reforma se hubiese ejecutado de otra manera y con otros materiales,  pero no hay que olvidar el contexto  y la época   en que se desenvuelve ésta polémica reforma.  Puedo garantizar  que de no ser necesario,  D. José   no  hubiese gastado un “quinset”  en éste menester.

De las pocas referencias que existen,  hay una foto de la barca que existía antes de la construcción del puente (1917),  en la que  en una barca pequeña están   D. José y Pepeta  y  al fondo aparece la Iglesia con su campanario a medio construir.  Esta foto se hizo hacia 1913.


Que la torre-campanario es la parte más antigua y bastante más, no hay ninguna prueba documentada que lo asegure.  Mi bisabuelo que fue quien demolió  la parte averiada aseguraba que los materiales utilizados para construirlo eran más antiguos que el resto y más fácilmente degradables. De todas formas, ahí está la obra y pueden hacerse “catas” para comprobarlo.


Y además observamos visualmente lo siguiente:

1.-La base del campanario, se encuentra incrustada entre dos contrafuertes de la Iglesia y éstos son de mayor espesor porque además de tener que sostener la bóveda de la iglesia deben ayudar a mantener erguida la torre.

2.- La torre no está construida a escuadra con el resto de la Iglesia.

3.- La capilla de los Santos de la Piedra es de mayor profundidad, precisamente para ocupar el espacio que hay entre la nave central y el linde del campanario y eso se hace para ocupar el espacio que queda hasta el lateral del campanario y así que  las paredes-contrafuertes de dicha capilla le sirvan de refuerzo.



B.-  En el  ASPECTO RELIGIOSO Y HUMANO :  Fomentó la integración de todos,  intentando incrementar la fe y la religiosidad de la población.

Diez años antes de su llegada a Albalat, concretamente en 1893, el Papa León XIII, concedió  que se considerase a la capilla del Cristo de les Campanes,  como una capilla más de la Basílica de San Juan de Letrán, (que es la catedral de Roma y no la Basílica de San Pedro).  Los recursos económicos necesarios, pues para todo hace falta dinero, fueron facilitados (en gran parte y sin publicidad)  por una vecina,  que los mayores de Albalat habrán oído nombrar y alguno más mayor conocer.  Se trata de Dolores Ribera Badía,  (conocida popularmente como “ l’auela safolla” ),  gran devota del Cristo.

Dolores Ribera fue una vecina de Albalat que junto a su marido adquirieron  bastantes propiedades, en la época que hemos mencionado al principio.  Se le inventariaron además de tierras, un total de treinta y dos casas, lo que la sitúa económicamente  muy por encima de la media poblacional que apenas podía subsistir.
Dolores Ribera (falleció en 24 de Abril de 1929) estaba casada con Vicente Gonzalez Marco, aunque sin descendencia directa, y tuvo otras hermanas y  hermanos.

Su hermana Ignacia se casó con Hilario Meseguer,  de Sueca, y al enviudar con dos hijos, volvió a Albalat, quedando bajo la protección de su Dolores.  Todas las actuales ramas de la familia Meseguer, también están relacionadas con Dolores. De ella heredaron “La Manga” y “La paridera” (ambas pertenecían a una misma finca propiedad de Dolores)

De su hermano Lino, nacieron cinco hijos y dos hijas. Uno de los hijos fué, Emilio (mi abuelo materno). Su hija  Isabel casó con José Aleixandre (el “abuelo Melero”) y a su hija Maria de la Cruz (soltera), la citaré con posterioridad. Casi todos los sobrinos de Dolores  recibieron alguna de sus propiedades.  Directa o indirectamente, es rara la familia de Albalat que no tenga relación con éste matrimonio.

Dolores Ribera (según tradición oral) hospedaba en su casa a una ilustre dama, de la que desconozco el nombre,  y que era dueña en Albalat de varias fincas, de las cuales Dolores Ribera (y no su marido), era administradora. Años más tarde dichas propiedades fueron adquiridas por el matrimonio a buen precio por las circunstancias detalladas al principio.   En sus estancias en Albalat, dicha señora asistía asiduamente a los servicios religiosos de la Parroquia siendo gran devota de la imagen severa del Crucificado que, estaba bajo el campanario, en un entorno algo descuidado. La mencionada señora decidió emprender  viaje embarcando en peregrinación a Jerusalén siendo acompañada por la hermana soltera de mi abuelo materno de nombre María de la Cruz y por tanto sobrina de Dolores Ribera, que fue testigo de cuanto sucedió. Estando en alta mar, se desató una  tempestad y se aclamó a aquella imagen del Crucificado que estaba en  Albalat,  prometiendo que si el viaje terminaba bien, ella se encargaría de arreglar la capilla y de mantener el culto.  La calma volvió a la mar, como suele suceder,  y la señora cumplió su promesa. 
De vuelta a Albalat y en casa de Dolores Ribera, le encargó la renovación de la capilla del Cristo y el mantenimiento de la misma, haciéndole prometer a Dolores,  que jamás se descuidaría el culto a la mencionada imagen.  Cuando Dolores se sintió mayor, pasó el testigo a su sobrina Mercedes.
Años después, todas las peticiones que recibió Dolores Ribera por parte del Rector Cebolla con respecto al Cristo, fueron atendidas con prontitud. Dolores costeó reformas en la Iglesia y las primeras andas del Cristo.

 D. José, aprovechando el privilegio obtenido en 1893, movilizó la piedad de las gentes y para ello estableció un culto especial: el Novenario,  que se celebraba y celebra la semana en que cae el miércoles de ceniza.  El Novenario termina siempre con el Santo Jubileo: quien confiese y comulgue ese día y reciba la bendición papal que se imparte al finalizar la Misa, obtiene Indulgencia Plenaria.

Con ello y de una tacada conseguía: Que la mayor parte de las personas asistiesen a los sermones, en los  que se  procuraba tocar siempre temas sociales y morales  y  que se cumpliese con el precepto de “Comulgar por Pascua Florida”,  pues se celebraba el primer domingo después del miércoles de ceniza.
Dolores Ribera costeó el busto de la Dolorosa que estaba a los pies del Cristo,  así como  las andas procesionales del mismo, y digo procesionales porque una vez celebrada la procesión la imagen del Cristo era descolgada de la cruz de las andas y vuelta a colgar en una cruz que estaba fija en el nicho (datos obtenidos de un trabajo publicado por D. Eduardo Sarrió).
Recordemos al efecto que hasta entonces, el Cristo de las Campanas se procesionaba sin andas, siendo portado a “cruz alzada” y descansando el porteador periodicamante  “damunt d’un banquet i un coixí”
Antes de la quema de 1936, el Cristo estaba durante todo el año en un nicho, en su capilla, con un pequeño  ángel a cada uno de los lados, sosteniendo un candelabro.  Las andas procesionales se guardaban en un armario, que estaba situado en uno de los rincones del crucero.                   Sólo se descolgaba de su nicho para la celebración del Novenario y para su procesión anual. Cuando después de la Guerra Civil, se procede a la reconstrucción de la capilla, se decide la disposición actual, es decir que la capilla sea cerrada y que las andas  queden integradas con la Imagen.

Dolores Ribera, fue una mujer en algunos aspectos fuera de su tiempo, pues vivió en una sociedad patriarcal donde la mujer estaba totalmente sometida.  Pero en su matrimonio, era ella quien tomaba las decisiones administrativas y laborales. No es que anulase a su marido, pero si queda patente que fue ella quien llevó la batuta.
Su carácter era severo, pero al mismo tiempo comprensivo. Todos sus sobrinos acudieron a ella cuando se veían en algún apuro económico y me consta que les ayudaba,  cosa no muy frecuente en la época.

Dolores  se inclinó más por sus sobrinos Meseguer, cosa lógica pues al enviudar su hermana Ignacia y regresar a Albalat, los acogió bajo el techo de su casa y se criaron como los hijos que nunca tuvo. Su marido le dejó hacer cuanto quiso, en una época en la que las decisiones siempre  las tomaba el varón.


Todos estos datos, no deben sacarse fuera del contexto en que sucedieron.




C.- La  EDUCACIÓN Y FORMACIÓN de jóvenes fue otra de sus objetivos.

Más de un 80 % de la población era analfabeta, por lo que D. José decide traer a Albalat una Comunidad de Religiosas que se encargue de la enseñanza, educación y formación cristiana de las jóvenes.  Pensaba y no sin razón,  que formando y educando a las futuras madres,  conseguiría que éstas influyesen positivamente en la educación y formación de  sus hijos.

“De acuerdo con el Ayuntamiento se consiguió un caserón situado en la carrer de Cavallers,  con salida al  carrer del Castell, en el que se hizo alguna reforma, y en el mes de Octubre de 1915, D. José Cebolla, acompañado por D. Ildefonso Sarrió, sacerdote benemérito, hijo ilustre de Albalat, y del Sr Alcalde, D. José Guillermo Hernandis, se presentó ante la Rvdma. M. General de las RR.  TT.  Capuchinas,  Sor Rosario de Soano,  solicitando unas  Religiosas para hacerse cargo de un Colegio.  Concedida la petición, se procedió a acomodar el edificio mencionado,  tomado en alquiler (1.50 ptas de la época –diariamente-,  sufragadas por el M.I. Ayuntamiento) serviría provisionalmente hasta la construcción del Colegio definitivo, en el solar donado por doña Encarnación Martí Sarrió.
Terminada la reforma se fijó la inauguración para el 29 de Junio de 1916.
Hasta Algemesí llegaron en tren las cinco religiosas que formaban la comunidad  fundadora:  Madre Desamparados de Valencia, como superiora,  Sor Rosalía de Valencia,  Sor Aurelia de Valencia, Sor Anunciación de Foyos y Sor Manuela de Almoines (autora de éste artículo).
En la estación ferroviaria de Algemesí, las recibieron el Vicario Parroquial, D. Daniel Vargas, acompañado por D. Ricardo Sarrió y D. Ramón Córdova.  En sendos coches (de caballos), preparados al efecto llegamos a la villa de Albalat, donde nos  esperaban las autoridades y pueblo en masa ….”

El primer curso  (1916- 1917), cubrió la matrícula pese a que la población no era muy grande. Funcionaban tres clases :  Parvulario, Iniciación y Cultura General.

En  1920  hubo que habilitar un local, llamado clase de San Luís, para los niños mayorcitos . Refiriéndose a ésta clase solía decir el Rector Cebolla:  “D’açi tenen que eixir els alcaldes i jutges  d’Albalat”.

Como el viejo caserón donde estaba ubicado  el Colegio, sale a la venta, y el Ayuntamiento no se pone de acuerdo con el propietario, se toma la decisión de construir un nuevo edificio, en un solar que donaron  para éste menester las señoras Mercedes y Encarnación Martí,  abriéndose una suscripción pública, para hacer realidad el mismo.







                Casa de les germanes  Encarnació i Mercedes Martí  (conegudes com "les tenedores")
                 carrer Cavallers, cantó al carrer del Riu,

El 13 de Noviembre de 1924, previa aprobación de planos y alineaciones, en presencia de autoridades y pueblo presididos por el Alcalde, don Juan Bautista Sarrió ,  el Párroco D. José Cebolla  bendijo  la primera piedra.
Debo decir que en los cimientos del nuevo Colegio, se enterró una botella que contiene un listado con los nombres de cuantos estaban participando en la construcción del edificio.  El “mestre  d’obres”  fue como en el campanario mi bisabuelo  paterno Francisco Perales Rubio. Y aunque no esté relacionado con el tema, fue también el constructor del matadero público (actual Biblioteca) y del chalet modernista que hay en la carretera de Albalat a Sueca.
Aunque el edificio está a medio construir y muchas dependencias sin terminar, la comunidad de Religiosas tiene que cambiar de edificio de manera que comienza en el mismo el curso 1926-1927.






                                       Patio  del  Colegio  Sagrado Corazón de Jesús


1929: Inauguración oficial de la casa
El 29 de Junio, se bendijo solemnemente la nueva Capilla, trasladándose bajo palio al Stmo. Sacramento desde la Parroquia.

El 14 de Abril de 1931 se proclamó la República.
Las desigualdades sociales, las necesidades, la incultura y los rencores, hicieron el resto. La situación fue agravándose hasta finalizar con la expulsión de las monjas de su Colegio.
 
El 16 de Julio incendian la Iglesia. Las imágenes son sacadas y quemadas en la entrada de la calle de Sueca. Finalmente se prende fuego a los retablos, organizándose un enorme incendio que causa el desplome del techo del Presbiterio.



INTERÉS POR LA DIFUSIÓN DE LA CULTURA MUSICAL

D. José Cebolla estuvo siempre muy vinculado a Albalat, incluso antes de su toma de posesión de la Parroquia, pues no olvidemos que aquí vivían su tía Jacinta y sus cuatro primos segundos a los que quería como hermanos, de ahí sus frecuentes estancias temporales en “el nostre poble”.
Por ello, cuando en 1903 y dadas las influencias que su familia tenía en el Arzobispado  es nombrado párroco de Albalat, ya tiene trazado un plan de trabajo que tiene como prioridades elevar los niveles religioso y cultural de sus habitantes.
Ya hemos hablado de su interés por alfabetizar a la población, pero no menos interesante es el tema de la música.
En Albalat existió una banda de música, que por motivos poco conocidos se deshizo, de manera que ya no existía en 1893.
Conocía D. José a un Profesor de Música que se llamaba D. Juan Arrieta, y lo conocía antes de su llegada a Albalat. Sabiendo que era un excelente músico y que podía hacer una gran labor, entabla conversaciones con los aficionados y músicos existentes en la población, de manera que es contratado por su mediación el mismo año de 1903.
Este hecho que parece intrascendente es el que marcó la trayectoria que ha seguido la banda. Si D. José Cebolla no hubiese conocido a D. Juan Arrieta, éste último quizás no hubiese venido a Albalat y por tanto no se hubiese desencadenado la formación de tantos músicos que ha tenido la población.

Transcribo a continuación las vivencias de D. Eduardo Sarrió, que fue Cronista Oficial, ya publicadas pero que explican perfectamente cuanto he expuesto.
























“El senyor Arrieta fou el primer mestre que tinguérem amb una rellevant preparació musical. Amb el seu treball en l’escola d’educands s’incorporaren nou musics, i així fou l’artifex que la banda aconseguira un bon nivell artistic.
La germana major de la meua mare, Regina Gonçalvo, havia llogat al mestre una casa al carrer de Cavallers, contigua a la seua: totes dues continuaren comunicades, i açò fou el motiu dels meus primers contactes amb la música. Jo vivia amb la meua tia padrina i passava molt de temps escoltant a don Juan que estudiava al piano les partituras que volia dur als assaig. El mestre tenia un fill, major que jo, “Santiaguito”, i tots dos ens vam fer amics.
A part de la direcció de la música i de l’escola de solfeig i instruments, don Juan Arrieta, els diumenges per la vesprada donava concerts de piano en el Círculo Agrícola (el “casino dels rics”) i en l’Ateneo del Socorro, les dues entitats tenien piano propi; també des de l’orgue de la Parroquia interpretava diverses  peces de música sacra durant els oficis religiosos.
Ell fou el mestre iniciador de la majoría dels músics d’alt nivell que hem conegut en el nostre poble. Deixebles d’ell foren : Paco Cuenca, Pepe Hernandis Fabra, Pasqualet Domingo, Joseph María Balaguer, Miguel Torrent, Alfredo Miedes, Juanet i Placido Montagut Moya, Vicent Garcia Bou, Juanet Marí, Vicent March Nicolás, Juanet LLopis, Ernest Fabra, Juanet Ferrando, … tots ells i altres mes que sent molt no recordar.
Els insignes Álvaro Mont i Eduardo Felip músics ja consagrats animaren al mestre Arrieta en la seua tasca cultural.
Els deixebles del mestre Arrieta que hem relatat foren el fonament que a la vinguda del nou mestre, en l’any 1930, don Àngel Martinez de Chamón, se seguira el ja imparable ascens de la nostra Banda.
L’Academia d’assaigs, es realitzava en una part de l’antic hospital medieval, l’altra meitat l’ocupaven les Escoles de Xics i Xiques.  Era un lloc de planta baixa prou destartalat per falta de comoditats, fred en l’hivern i calor sufocant a l’estiu. En diverses ocasions les plujes fortes, les goteres i altres inconvenients feien traslladar els assaig a la Casa Abadia, cedida pel rector d’aleshores don Joseph Cebolla.


LA HOJA PARROQUIAL.

Cuando viene a Albalat D. José Cebolla, no hay ningún aparato de radio.
Llega en 1903, y sólo dos años antes se había traído la luz eléctrica, gracias a la mediación del diputado Peris Mencheta. 
D. José,  que es muy inteligente se da cuenta que la única forma de entrar en las casas es la palabra escrita, porque aunque un ochenta por ciento de la gente era analfabeta, siempre había alguien que leía en voz alta y los demás se enteraban, y para no hablar solamente de culto, lo hace de Historia local y de Moral.
Al parecer encontró en el Archivo de la Parroquia unos escritos,  en los que se narraba la construcción del nuevo edificio de la Parroquia.  Quiso D. José que sus feligreses se interesasen por estos y demás temas de la Hoja, y de manera sencilla y a su modo fue “extractando lo que a su parecer sus lectores podían entender”. Por ello no habla apenas de lo que costó económicamente, ni ofrece detalles de quienes fueron los canteros que labraron la portada, ni mil detalles que ahora analizaríamos con lupa.




                                    El  Rector Cebolla  a la porta de l'antiga casa Abadia


Las “Curiosidades Históricas de D. José Cebolla, publicadas en la Hoja Parroquial, fueron encuadernadas por Dª Carmen Tamarit Henandis y cedidas la  Parroquia después de la Guerra Civil.
Y el primer párroco que vino después de la misma, D. Rafael Bordería Soler, copió a pluma y tintero dichos escritos, añadiendo a continuación lo que iba costando las restauraciones, quien las costeaba y quienes eran los autores de retablos e imágenes.


EL   TRASLADO

Desde 1929,  D. José Cebolla no está en Albalat.
Cuando  D. José es trasladado a Valencia, recibe entre otras la visita de su primo Francisco Perales Rubio (mi bisabuelo). Al preguntarle que por qué se había ido a Valencia, contestó:  “Quico, jo no me n’haguera anat, però ja saps el  que pot passar moltes vegades,  com que he defés al dèbil, les beates  han anat al Arquebisbat,  i  els meus superiors han decidit que me’n vaja,  perquè no volen conflictes”. Y es que  llegó un momento en que D. José molestaba a un sector y lo eliminaron del escenario.

La autoridad eclesiástica determina que sea  capellán del convento de agustinas descalzas de Santa Úrsula en Valencia (fundado en 1605),  en la Plaza del mismo nombre junto a las Torres de Quart. Dicho convento fue totalmente reedificado en la década de los sesenta, pero la iglesia que data de mediados del siglo XVII, fue restaurada en los años treinta, es decir cuando él se encontraba al frente de la capellanía.  Allí ejerció  sus funciones pastorales hasta los sucesos de 1936.
Los tres años de guerra civil, los pasa D. José de forma anónima en la vivienda de un familiar, en la ciudad de Valencia, reintegrándose a su anterior destino pasado el conflicto. En más de una ocasión su primo Quico le llevó comida, que en Valencia escaseaba más que en Albalat.
En éste período de tiempo, nadie intenta localizarle.  Los proletarios le estaban agradecidos por sus desvelos y buenas obras, y las clases acomodadas le recordaban con nostalgia. No había rencor contra él, y por eso “no se lo cargaron”. Pasó por la vida haciendo el bien.
Fallece en el Hospital el 18 de Abril de 1944 a los setenta y seis años, y es enterrado en el Cementerio General de Valencia.
Es D. Salvador Perales Cleries, párroco de Albalat y nacido en Guadassuar,  quien consigue que el 29 de Diciembre sean trasladados sus restos al Colegio que él fundara, traslado que se efectúa con toda solemnidad, celebrándose  un funeral presidido por D. Salvador Perales y por el Padre capuchino  D. Vicente Roig Villalba,   Obispo y Vicario Apostólico de Vallepur (Colombia),  que oficia la ceremonia a petición del promotor del acto D. Salvador Perales,  y es que el obispo era nacido como D. Salvador en Guadassuar.






   En el año 1957 los restos son depositados en un nicho en la capilla del Colegio, donde reposan.


RESUMEN

D. José Cebolla Nadal nace en 1863 en el seno de una familia de terratenientes de Polinyà.  Sus padres deciden curse la carrera eclesiástica pensando en que pueda acceder a puestos de relevancia en la Iglesia dada la vinculación de la familia con el Arzobispado, pero D. José se siente influenciado por el pensamiento de León XIII y decide contraviniendo el deseo de sus padres, “hacerse cura de pueblo”, con el fin de hasta donde le sea posible, dar un golpe de timón y que las gentes comprendan que la Iglesia es algo más que liturgia e Indulgencias.
Consigue que las familias acomodadas se encarguen de financiar las obras que se hacían en la Iglesia y también a ellas se dirige en petición de ayudas cuando entre los más desfavorecidos hay  grave necesidad. Siempre le respondían positivamente.
Suavizó la prepotencia de los terratenientes hacia sus jornaleros y frenó a éstos en sus demandas, procurando que  se llegase a acuerdos  y a casi todos los encauzó a través de la Iglesia. Los débiles acudían a D. José  y siempre encontraron ayuda, y les tenía entrega absoluta.                         
Trató y consiguió dentro de su actitud socializante, mantenerse dentro de la ortodoxia que le marcaban sus superiores, y siempre reprendiendo actitudes cuando éstas no estaban acordes con la moral y con el primer Mandamiento del Señor: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y al prójimo como a ti mismo.

Para conseguir el Colegió se valió de todos y a todos ilusionó. Los más acomodados cedieron el solar y dieron donativos en metálico. Los proletarios ofrecieron desinteresadamente mano de obra.  El vio su fruto.
D. José también tuvo su cáliz de amargura y es que a medida que avanzaba la centuria se caldeaba el ambiente con las reivindicaciones sociales, y él naturalmente se puso del lado de los desfavorecidos, y esa toma de postura le pasó factura.  Se le trasladó a un convento de clausura, donde ejerció como capellán hasta los sucesos de 1936.

Falleció en la soledad de un hospital en 1944

De ningún otro párroco se guarda la memoria colectiva que se tiene de D. José y esto es debido a su labor cristiana, su ideario coincidente con el del Papa León XIII y su total entrega al prójimo,  en la época  tan delicada que le tocó vivir como Pastor de la Iglesia y entre dos polos que representaban intereses contrapuestos. 
Lástima que viviese el desastre.

2 comentarios:

  1. Molt interessant, Eduardo.
    "D. José Cebolla Nadal nace en 1863
    Falleció en la soledad de un hospital en 1944"
    Una llàstima, ja que va fer una bona feina.

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  2. Molt interessant, Eduardo.
    "D. José Cebolla Nadal nace en 1863
    Falleció en la soledad de un hospital en 1944"
    Una llàstima, ja que va fer una bona feina.

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